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QATARLUÑA: La Iglesia catalana deviene cloaca: 20 colegios cristianos subvencionados colaboran con el ‘butifarrèndum’...

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Acto independentista en el Monasterio de Montserrat

Acto independentista en el Monasterio de Montserrat

DC.- Los nacionalistas de Cristians pel Dret a Decidir (aquí les explicamos quiénes son y el daño que hacen a la Iglesia) ceden sus colegios para el butifarrèndum. Como se imaginarán, esta veintena de escuelas están subvencionadas por la Generalitat. Muchos antiguos alumnos comprueban con tristeza cómo se han convertido en meras franquicias educativas, sin vocaciones y con el nervio cristiano muy debilitado.

Ejemplar y cristiana enseñanza de estos nacionalistas cristianos a sus alumnos: “cuando convenga, se vale saltarse la ley”. Y gran ejercicio de división y fractura entre las familias que confían a estos colegios la educación de sus hijos. Cada vez es más evidente que la parte más estéril de la Iglesia en Cataluña es ya sólo un instrumento de la ideología en el poder.

¿Quiénes son las 55 entidades “católicas” que piden la independencia de Cataluña?

En total, 55 grupos católicos se han adherido al Pacte Nacional pel Dret a Decidir, una iniciativa impulsada por la separatista Assemblea Nacional de Catalunya. És cierto que 55 son muy pocos, y que la campaña ha sido un auténtico fracaso. La lista de los adherentes es la parte de la Iglesia esterilizada por el nacionalismo.

La mayoría de ellos agrupan a un puñado de ancianos (Grup Sant Jordi, Círcol Catòlic de Badalona, Unió de Religiosos). A muchos grupos sólo los conocen sus propios miembros (Associació d’amics del bisbe Joan Godayol, Associació José Ramón Zudaire, Amics d’Ak Benn, Fundació Dr. Albert Bonet…). Otros son un cementerio de elefantes para miembros de CiU (Hospitalidad de Lourdes, otrora benemérita y nutridísima, y hoy insignificante bajo Josep M. Cullell; o el Cercle d’Estudis Conciliars, que depende de CiU; o la Federació de Cristians de Catalunya). Las órdenes religiosas que firman por la independencia (jesuitas, vedrunas, claretianos, escolapios, carmelitas descalzos, Legión de María) están todas en vía de extinción en Cataluña, regentan franquicias educativas necesitadas de subvenciones, están ya mimetizadas con el paisaje político catalanista, o son insignificantes en nuestra tierra. Es curioso encontrar en varias de estas organizaciones los mismos nombres en sus órganos directivos.

En definitiva: no hay parroquias, nuevos movimientos, ni obras de apostolado significativas. A lo más vivo del catolicismo catalán no le han engañado. Han firmado las entidades católicas penetradas por el nacionalismo “católico”, que dependen de las subvenciones para vivir o para morir con cierto bienestar económico.

Sin embargo, sorprende más que en la lista por el separatismo esté el ISCREB, cuya suprema autoridad moderadora es el Cardenal de Barcelona, Martínez Sistach. Lo mismo ocurre con la Fundació d’Escoles Parroquials del Arzobispado de Barcelona. También extraña ver a Cáritas de Tarragona, supervisada por el obispo Jaume Pujol. O a la Associació Bíblica de Catalunya, que es un órgano colegial de la Conferencia Episcopal Tarraconense.

Decía mosén Saranyana en La Vanguardia que los obispos catalanes mantenían una “exquisita neutralidad” en las tensiones independentistas actuales. No es cierto. Algunos han declarado a favor del “derecho a decidir” (Novell, Pardo, Vives). Y otros permiten que entidades que dependen de ellos promuevan la separación. No se sabe que ninguno de ellos haya advertido de los riesgos de fractura social y lesión de la concordia en Cataluña.

Ha sido el obispo Martínez Camino quien ha tenido que recordar que esto del “derecho a decidir” es “una cuestión política con implicaciones morales en la que está en juego el bien común, la paz y la convivencia”.

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