Congresistas de Florida presentaron un proyecto de ley en el estado con el propósito de declarar el 7 de noviembre como “El día de las victimas del comunismo”. Esto tiene como fin expandir entre los americanos el conocimiento sobre los inhumanos crímenes que se han cometido en el mundo en nombre de la “justicia social”, vendida a través de ideologías como el socialismo, o en este caso, su hermano mayor, el comunismo. Otra de las intenciones de dicho proyecto es que las escuelas en el Estado del Sol incluyan en su plan de estudios el análisis de regímenes totalitarios y colectivistas, como es el caso de Cuba, Venezuela o Nicaragua, para que las futuras generaciones comprendan las razones por las que millones de latinos han escapado de sus países hacia Estados Unidos buscando oportunidades y libertades. Por ejemplo, el fin de semana pasado el tirano Daniel Ortega se “reeligió” tras haber apresado a más de seis candidatos presidenciales opositores, para seguir imponiendo su modelo económico socialista y practicando la justicia social izquierdista. Un acontecimiento que probablemente ignorará la mayoría de los americanos, lo que nos habla de la necesidad de este tipo de iniciativas. Por cierto, hablando de colectivismo y “justicia social”, la administración Biden continúa destruyendo la calidad de vida de los americanos mediante la inflación. Para quienes no comprenden muy bien este fenómeno, se los explicaré de forma sencilla: la inflación se produce cuando el gobierno amplía la masa monetaria de una nación sin que aumente la producción de bienes. Por tanto, al aumentar el dinero disponible y reducirse la cantidad de bienes por comprar, el dinero pierde valor o “los precios suben”. Los gobiernos suelen emplear estas tácticas cuando no tienen otra forma para recaudar más dinero, entonces imprimen más dinero para financiar sus proyectos, mientras devalúan el de los ciudadanos. En pocas palabras, la inflación es un impuesto no legislado, incluso, me atrevería a decir, un robo de parte del gobierno al poder adquisitivo de sus ciudadanos. Así que ya sabe, cuando vea que el precio de su alquiler se dispara, que la gasolina continúa incrementando y que los alimentos son cada vez más costosos, no se olvide de gritar: Let's go Brandon!
Emmanuel Rincón Editor-at-large
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