OCCIDENTE: LA LECCIÓN TANGERINA...
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Apuntes: LA TANGERIZACIÓN DE OCCIDENTE...Creo que Michael Curtiz se inspiró en Tanger al hacer Casablanca..Tánger era una ciudad en el Norte de Africa bajo mandato internacional cedido a España y a Francia..Un enclave franco donde no había impuestos y acudían a ella millares de inversores y todos los ricos del mundo..Mi padre conoció personalmente a Barbara Hutton y decía que lo invitó a cenar..Las fiestas eran maravillosas..También los poetas de la generación beat como Burrougs o Kerouacs acudían allí para "encontrarse a sí mismos entre el humo del buén kif"...Los cines tenían nombres muy españoles como Cine Alcántara..y una de las calles principales se denominaba Calle Libertad...A las seis de la mañana las máquinas de escribir de los escritores radicados en la ciudad comenzaban ya a crepitar..Hasta que llegó el nacionalismo islamista y el comunismo..A pachas..Paul Bowles escribió en junio de 1.951 un artículo titulado "Ya no hay fantasmas" en el The American Mercury.."Los motines de marzo de 1.950, aunque hubieran sido llevados a cabo por malvados bajo instigación de algunos agitadores profesionales pusieron a las personas a pensar, una actividad que muchas veces es fatal para la confianza adquirida antes..El resultado fué que el oro empezó a salir de Tánger, los banqueros dislocaron sus negocios hacia Hispanoamérica y el sector inmobiliario entró en burbuja..de zona próspera a zona fantasma el camino puede ser corto"...Todo ello fué acompañado por atentados terroristas.."Los comunistas apoyan a los nacionalistas musulmanes porque cualquier ventaja de ellos perturba el status quo y por ello cualquier golpe de los nacionalistas islamistas les causa deleite..Piensan que podrían contar con el caos que se seguiría.."...Sigo releyendo el libro de Paul Bowles "Travels", "Viajes"...He leido su artículo "Views from Tanger" publicado en New York: The Nation, June 30, 1956...Se sigue pareciendo a la situación de Europa..tal como reflejamos en nuestro ártículo .OCCIDENTE: LA LECCIÓN TANGERINA...Habiendo tomado el islam todo el territorio alrededor Tanger quedaba como enclave internacional aislado..y a merced del último asalto que lo llevaría a la ruina..Los europeos (españoles, franceses casi todos) y americanos solo vivían en la zona occidental "ensanwichados" ( es una expresión Bowles) entre zonas musulmanes constituidas ya en barrios NO GO donde no se atrevían a entrar...En los cafés de estas zonas ya no había europeos como en otros tiempos..Solo marroquíes que escuchaban con alborozo la noticia de cualquier atentado o ataque contra los europeos..Los capitales y los inversores hacía tiempo que se habían largado..Era el principio del fin de Tánger como ciudad cosmopolita y con futuro..Ahora ya no lo tenía..
Occidente y sobre todo Europa debe aprender de la historia...Mateo Mathaus
FOTOS DE LA CALLE LIBERTAD Y DE LA PEÑA TAURINA ESPAÑOLA...EN TANGER..DONDE HABÍA UNA PLAZA DE TOROS POR CIERTO..
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QUE ERA TÁNGER ANTES DE LA ISLAMIZACIÓN...
Paul Bowles murió en Tanger, en 1999. Fue el último representante de una generación de escritores e intelectuales europeos y americanos que eligieron esta ciudad para vivir, amar, escribir, y sentirse libres. En 1947, Bowles y su esposa Jane Auer, viajaron a Marruecos. Bowles se estableció en la ciudad desde 1952 hasta su muerte, sin apenas abandonarla. En su casa de Tánger recibía a sus amigos, entre ellos a los escritores de la generación beat, que vagabundeaban por el mundo y por las autopistas perdidas de los EEUU. Willam Burroughs y Jack Keruac, fumaron en Tánger la pipa de la paz.
Todos ellos y muchos más encontraron en esta ciudad la pasión creativa que les inspiraba esta ciudad cosmopolita, y tolerante, refugio de perseguidos y exiliados
En los años 30, Tánger era una ciudad internacional donde se mezclaban maravillosamente el exotismo de una ciudad típicamente marroquí, con la abigarrada presencia de viajeros y residentes de cualquier parte del mundo, creando una atmósfera única e irrepetible.
Gertrude Stein fue también una admiradora de la ciudad, y recomendaba como ineludible visitar Tánger. Por allí pasaron casi todos: Tennessee Williams, Truman Capote, Allen Ginsberg, Jack Kerouac, William Borroughs, Gore Vidal, Gregory Corso, Djuna Barnes, Genet, Miller, o Cedil Beaton. Subían hacía el café Hafa, sobre los acantilados, y contemplaban los atardeceres sobre el estrecho fumando pipas de kif.
En este sentido Paris y Tánger fueron dos puntos de fuga para numerosos intelectuales que recalaron por diversos motivos en una o en la otra. Tánger fue durante la década de los años 50, la capital del mundo. Su halo de ciudad mágica y libre, llega hasta los años 60, cuando fue redescubierta por el movimiento hippy.
Las décadas de los 30, 40, 50 fueron los años dorados de Tánger, cuando la ciudad proyectaba al mundo la imagen de ciudad permisiva y libre, punto de encuentro de intelectuales y artistas, que le confería un refinamiento muy particular, con su ambiente liberal y cosmopolita, repleta de cafés y bulevares por donde paseaban personas de la más diversa procedencia.
Las noches de Tánger eran mágicas
Era una ciudad llena de vida. Desde lujosos restaurantes, hasta los más diversos night-clubs, donde oir jazz, boleros, música orquestal… según los gustos. Era una especie de babel donde se mezclaban todas las razas y se hablaban todas las lenguas.
Viajeros y artistas hicieron de Tánger un lugar de encuentro. Tánger se convirtió en una ciudad excéntrica, diversa y multicultural, donde múltiples culturas y personas de diferente origen convivieron armónica y pacíficamente en un entorno de tolerancia.
Tánger fue una ciudad cosmopolita. Poseyó una influencia internacional muy marcada, y una arraigada leyenda literaria y artística que se forjó precisamente en su época dorada.
Fue una ciudad con un status internacional, reconocido por todas las potencias, hasta la independencia de Marruecos. Llamada por los árabes Tanjah, alcanzó su máximo esplendor en los años 50. Durante esos años Tánger fue visitada por toda una pléyade de creadores y artistas de todo el mundo. Antes hemos citado a algunos, pero no nos podemos olvidar de André Gide, Truman Capote, Juan Goytisolo, Samuel Beckett, pintores como, Mariano Fortuny, autor del famoso lienzo “El Zoco de Tánger”, Henry Matisse que se hospedad en el hotel Ville de France, desde cuya ventana pintaba sus pinturas marroquíes, Francis Bacon, o el chileno Claudio Bravo.
Tánger era también un centro financiero internacional
Por allí recalaban millonarios y millonarias excéntricos como Bárbara Hutton, cuyas fiestas en su mansión de las colinas nada tenían que envidiar a las organizadas por Onassis. La ciudad estaba llena de bazares, cafeterías de estilo parisino, zocos y las callejuelas serpenteantes… Todo ello, más su ambiente internacional y cosmopolita, la hacían un destino irresistible.
Bañada de una luz especial, Tánger era conocida como la “ciudad de los sentidos”. En 1923 la ciudad estrenaba su Estatuto Internacional, convirtiéndose en unos de los centros neurálgicos de la vida moderna y social de la época. En realidad Tánger fue desde finales del siglo XIX hasta la década de los años 60, una ciudad fuera de lo común, alocada, y despilfarradora, donde se dieron cita todos los personajes importantes del momento. Por el Tratado de Algeciras de 1906, Tánger pasó a ser administrada bajo la fórmula de condominio por los países firmantes del Tratado España y Francia...
En los años 40 y durante la Segunda Guerra Mundial
Tánger se convirtió en una ciudad de refugiados que escapaban de Europa, muchos de ellos judíos perseguidos por los nazis. La ciudad se convirtió en un hervidero de agentes de los diferentes servicios secretos de las potencias enfrentadas en la guerra. La atmósfera de Tánger por aquellos años pudo ser muy parecida a la descrita en la mítica película Casablanca de Michael Curtiz, rodada en 1942.
El periodo internacional de Tánger se ha convertido ya en un episodio mítico en la historia de la ciudad. Tánger se convirtió en una abigarrada ciudad repleta de contrabandistas, desarraigados, exiliados y fugitivos, emigrantes, busca vidas, espías, artistas, profesionales, empresarios, comerciantes, banqueros, millonarios…Para la mayoría de ellos, Tánger, era una ciudad de oportunidades, una ciudad de tránsito, o una ciudad para trabajar y vivir. Urbanísticamente la ciudad se llenó de barrios residenciales de estilo europeo, de amplias avenidas y bulevares, cafés y restaurantes, centros educativos extranjeros, hospitales, hoteles de lujo, suntuosas villas y palacios… En este sentido no cabe duda que el periodo internacional de Tánger trajo a la ciudad modernidad y prosperidad. El dinero fluía en la ciudad, se cerraban tratos y negocios internacionales, lo que hizo que rápidamente los bancos internacionales que se instalaran en la ciudad.
Tánger se abrió al mundo a través de su puerto, donde recalaban cruceros de lujo y mercantes. Las principales navieras internacionales abrieron oficinas en la ciudad. A su puerto, llegaban barcos y viajeros de todo el mundo. La ciudad se fue transformando en un microcosmos cosmopolita de gran diversidad étnica que experimentó con el paso de los años y, especialmente, un enorme desarrollo económico, social y cultural hasta que dejó de ser enclave internacional..
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