Los “expertos” y demás parlanchines y tertulianos de radio y televisión nos dicen y nos repiten un día y el siguiente también que el islam es una religión de paz, mejor dicho: el islam es LA religión de la Paz.
Estos “expertos” y demás analistas de café y peluquería nos dicen que la inmensa mayoría de los musulmanes son pacíficos (y moderados, faltaría más) y que sólo desean vivir en paz. Esa afirmación es a lo mejor verdad, o a lo mejor no (más bien no), pero es totalmente intrascendente y sin interés. Es simple parloteo sin sentido cuyo única función es tranquilizar a los occidentales y disimular algo el espectro de los fanáticos que actúan en todo el mundo en nombre del islam. Y estos si que son bien reales, y además son algo más que un puñado.
La realidad es que son los fanáticos los que lideran el islam en el momento actual. Son los fanáticos los que se mueven, son los fanáticos los que llevan a cabo unas 50 guerras en todo el mundo a día de hoy. Pero no perdamos la calma ni nos dejemos engañar por las apariencias, nos dicen los “expertos”: la inmensa mayoría de los musulmanes son pacíficos (y moderados, claro).
De una punta a la otra del orbe terráqueo, los musulmanes ponen países, regiones y continentes a fuego y a sangre. Son los fanáticos los que masacran sistemáticamente a los cristianos o grupos tribales africanos en toda África, son los fanáticos los que han hecho huir de los países de Oriente Próximo a cientos de miles de cristianos, son los fanáticos que asesinan a diario a los cristianos en Pakistán, en Siria,iraq, budistas en Tailandia, judios en israel o a los hindúes en Bangla Desh… Son los fanáticos quienes cometen atentados, incluso contra otros musulmanes, culpables de no ser lo suficientemente fanáticos, son los fanáticos los que decapitan, los que cometen crímenes de honor, los que lapidan, los que asesinan… Son los fanáticos los que toman el control de las mezquitas, son los fanáticos los que cuelgan a los homosexuales de las grúas, los tiran por las ventanas o los queman vivos. Son los fanáticos los que predican el odio, la intolerancia, los que imponen castigos para las víctimas de violación…
El hecho innegable es que la “mayoría pacífica” de la que nos hablan los “expertos” es una mayoría silenciosa e inactiva, una mayoría intrascendente y sin interés.
En tiempos de la URSS, Rusia estaba compuesta de millones de rusos que simplemente querían vivir en paz. Y así los comunistas rusos pudieron llevar a cabo el asesinato de 20 millones de personas. La inmensa población de China, sin duda , también está compuesta de personas pacíficas, pero los comunistas chinos han logrado exterminar 50 millones o más de personas. Los ejemplos no faltan en la Historia y podríamos seguir con esta lista. Las mayorías pacíficas son intrascendentes y sin interés, porque los fanáticos son los que actúan por encima del silencio y la pasividad de los pacíficos.
Las lecciones de la Historia son a menudo extraordinariamente sencillas y claras. A pesar de toda la potencia de nuestra razón muchas veces pasamos de largo sin ver los puntos más esenciales y los menos complicados. Los musulmanes pacíficos carecen de interés a causa de los fanáticos, son intrascendentes a causa de su silencio. Esos musulmanes pacíficos están también en el campo contrario, son también nuestros enemigos, y los son porque no alzan su voz contra los fanáticos, pero un día se despertarán un día y descubrirán que están en manos de los fanáticos.
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La realidad es que son los fanáticos los que lideran el islam en el momento actual. Son los fanáticos los que se mueven, son los fanáticos los que llevan a cabo unas 50 guerras en todo el mundo a día de hoy. Pero no perdamos la calma ni nos dejemos engañar por las apariencias, nos dicen los “expertos”: la inmensa mayoría de los musulmanes son pacíficos (y moderados, claro).
De una punta a la otra del orbe terráqueo, los musulmanes ponen países, regiones y continentes a fuego y a sangre. Son los fanáticos los que masacran sistemáticamente a los cristianos o grupos tribales africanos en toda África, son los fanáticos los que han hecho huir de los países de Oriente Próximo a cientos de miles de cristianos, son los fanáticos que asesinan a diario a los cristianos en Pakistán, en Siria,iraq, budistas en Tailandia, judios en israel o a los hindúes en Bangla Desh… Son los fanáticos quienes cometen atentados, incluso contra otros musulmanes, culpables de no ser lo suficientemente fanáticos, son los fanáticos los que decapitan, los que cometen crímenes de honor, los que lapidan, los que asesinan… Son los fanáticos los que toman el control de las mezquitas, son los fanáticos los que cuelgan a los homosexuales de las grúas, los tiran por las ventanas o los queman vivos. Son los fanáticos los que predican el odio, la intolerancia, los que imponen castigos para las víctimas de violación…
El hecho innegable es que la “mayoría pacífica” de la que nos hablan los “expertos” es una mayoría silenciosa e inactiva, una mayoría intrascendente y sin interés.
En tiempos de la URSS, Rusia estaba compuesta de millones de rusos que simplemente querían vivir en paz. Y así los comunistas rusos pudieron llevar a cabo el asesinato de 20 millones de personas. La inmensa población de China, sin duda , también está compuesta de personas pacíficas, pero los comunistas chinos han logrado exterminar 50 millones o más de personas. Los ejemplos no faltan en la Historia y podríamos seguir con esta lista. Las mayorías pacíficas son intrascendentes y sin interés, porque los fanáticos son los que actúan por encima del silencio y la pasividad de los pacíficos.
Las lecciones de la Historia son a menudo extraordinariamente sencillas y claras. A pesar de toda la potencia de nuestra razón muchas veces pasamos de largo sin ver los puntos más esenciales y los menos complicados. Los musulmanes pacíficos carecen de interés a causa de los fanáticos, son intrascendentes a causa de su silencio. Esos musulmanes pacíficos están también en el campo contrario, son también nuestros enemigos, y los son porque no alzan su voz contra los fanáticos, pero un día se despertarán un día y descubrirán que están en manos de los fanáticos.
Fuente: Erase Una Vez Palestina
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