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MATEO MATHAUS: THE WORLD NOW

ISLAM: LA SHARIA CONTRA LA DEMOCRACIA..

ISLAM: LA SHARIA CONTRA LA DEMOCRACIA..

vaktar111.wordpress.com

SOMOS UNOS DHIMMIS

Los partidarios de la sharia se oponen de forma fundamental e inalterable a la supervivencia de las constituciones occidentales. La sharia se basa en el Corán, la cual, según los musulmanes, es la perfecta palabra de dios dictada al profeta mahoma; en los hadith, las experiencias de mahoma; y las interpretaciones aceptadas de eruditos islámicos. La sharia ordena a los musulmanes a instigar la jihad indefinidamente hasta llegar al Dar al-Harb o casa de la guerra, donde la sharia no se aplica y llevarla a la dominación de Dar al islam o casa del islam (literalmente la casa de la sumisión), donde se aplica la sharia.

La sharia obliga tanto el terrorismo islámico como la jihad silenciosa o civilizada, dependiendo de la necesidad y las circunstancias. Aquellos que pretenden insinuar la sharia dentro de occidente, están conspirando para subvertir y reemplazar las constituciones, porque bajo la sharia, la libertad de religión y otras libertades civiles promovidas por los valores occidentales (todas aquellas hechas por el hombre) son incompatibles al islam.

Cualquier ley hecha por el hombre es considerada ilícita bajo la sharia, donde alá y solo alá dicta la ley.
Este no un concepto radical del islam, sino un principio fundamental de esa doctrina. La sharia es respetada por las corrientes principales y mayoritarias islámicas; no por elementos extremistas que supuestamente han secuestrado el concepto de islam; y se le considera la expresión perfecta de la voluntad divina y la justicia. Todos los musulmanes, independientemente de donde vivan, se deben someter a la sharia, un completo modo de vida desde la cuna hasta la tumba, que ordena normas políticas, religiosas, militares, culturales y sociales.

Millones de musulmanes en todo el mundo practican su fe sin tener en cuenta la sharia, pero aquellos que se someten a ella tienen base para decir que su versión del islam es la verdadera. Mediante el ofrecimiento de poca o ninguna oposición a la sharia, un gran número de comunidades musulmanas y naciones generalmente exhiben falta de voluntad para encarar las consecuencias de enfrentarse a los promotores de la sharia en el islam.

La sharia es una ideología totalitaria que controla todos los aspectos de la vida. Todos estamos obligados a someternos a la ley islámica según los teólogos. La sharia institucionaliza la discriminación contra las mujeres, elimina la libertad de expresión y de asociación, criminaliza la libertad sexual e incita al odio y la violencia contra personas de determinados grupos sociales. Como se manifiesta en países oficialmente bajo la sharia, se promueven comportamientos aberrantes, incluyendo los matrimonios forzados de niñas, los asesinatos de honor (normalmente de mujeres y niñas) para preservar el honor familiar, la mutilación genital femenina, la poligamia y el abuso doméstico, incluso la violación dentro del matrimonio.

El islam requiere de todos los musulmanes la promoción de la jihad. Algunos interpretan la jihad como una lucha personal de auto disciplina y auto sacrificio para mejorar y glorificar a dios. Otros la interpretan como una guerra santa en persecución de un estado islámico global conocido como califato, regido por la sharia.
La jurisprudencia islámica, conocida como fiqh en árabe, dibuja el contexto legal para la sharia y sus normas. Los eruditos de

la sharia suelen citar como defensa de la jihad cualquiera de los 164 versos del Corán que específicamente se refieren a la jihad contra los no musulmanes en términos que incluyen expediciones militares, lucha contra el enemigo o la distribución de botín de guerra. Entre los pasajes coránicos a menudo citados como autoritativos por esos eruditos islámicos está el verso de la espada. Este verso dice: “Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los asociadores dondequiera que les encontréis. ¡Capturadles! ¡Sitiadles! ¡Tendedles emboscadas por todas partes! Pero si se arrepienten, hacen la azalá y dan el azaque, entonces ¡dejadles en paz! Alá es indulgente, misericordioso. (Coran 9:5).

Bajo los términos establecidos en el Corán, los paganos y politeístas deben convertirse o morir. Y para los cristianos y judíos, gente del libro, la prescripción definitiva de su tratamiento es como sigue: “Combatelos hasta que paguen la jizya con voluntad sumisa y se sientan sometidos” Coran 9:29. De aquí, judíos y crisrtianos si no se convierten, mueren. Tienen una tercera opción: someterse al islam como ciudadanos de segunda clase o dhimmis.
Sin darnos cuenta, nos convertimos en dhimmis cuando nos censuramos a nosotros mismos para evitar ofender a los musulmanes. Cuando cambiamos nuestras costumbres, reglas y leyes para adaptarnos a las demandas de los musulmanes que llegan a nuestros países. Cuando nos disculpamos innecesariamente por nuestra cultura. Nos convertimos en dhimmis cuando se permite, por ejemplo, que un clérigo promueva la construcción de una mezquita próxima a la zona cero de Manhattan. Cuando se pierde la perspectiva de quienes son los enemigos en guerra definidos por atentados como el 11-S o el 11-M. Nuestros gobernantes son dhimmis, nosotros somos dhimmis.

Poco a poco, erosionamos nuestros derechos, leyes, costumbres y civilización sometiéndonos como dhimmis. Despreciamos nuestros ideales nacionales, nuestra diginidad personal y los derechos de nuestros paisanos cuando practicamos la sumisión ordenada por la sharia.
¿Piensas que esto no puede ocurrir en occidente? Mira Europa, donde un número de países se han convertido en dhimmis hasta el punto de que la sharia ya es practicada en muchos enclaves, con la consideración de igualdad a nuestras leyes, y mientras, a través de avance demográfico, acción política, subversión financiera u otros medios, se consigue la total sumisión de occidente.

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