MESOPOTAMIA: LA CARNICERIA PUEDE COMPLICARSE. IRAN DISPUESTA A INTERVENIR CONTRA LOS SUNNIS DE ISIS,,,
INTERNACIONAL
¿Por qué dice Irán que invadirá Irak si cae Kerbala?
El régimen de los ayatolás afirma que enviará sus tropas «sin restricciones» al país vecino si los yihadistas suníes del EI se apoderan de la ciudad santa chií
Irán ha afirmado que invadirá Irak si, como algunos temen, la ciudad santa chií de Kerbala cae en manos de los yihadistas suníes del Estado Islámico (EI). El régimen fundamentalista de Teherán ha dicho que enviará sus tropas «sin restricciones», y sin previa consulta a la ONU, si las fuerzas del EI se apoderan de Kerbala o de Nayaf, la segunda ciudad de Irak que los musulmanes chiíes también consideran sagrada. Lógicamente, la eventual intervención iraní cuenta de antemano con el respaldo del gobierno iraquí, controlado por la mayoría chií de Irak.
Kerbala es, en el contexto religioso de los chiíes, la segunda gran corriente del islam, territorio sagrado. Su nombre despierta entre sus fieles un fervor sin medida y deseos de martirio. En Kerbala se produjo en el año 680 una batalla desigual entre las fuerzas de la flamante dinastía de los Omeya y los partidarios de Hussain, nieto de Mahoma, que aspiraba al liderazgo de los musulmanes. La derrota y muerte de Hussain, tras una batalla que adquirió con el tiempo tintes épicos y místicos, marcó la división ya irreparable entre suníes -partidarios de los Omeya- y chiíes -leales a Hussain y a la línea de parentesco del profeta Mahoma-, que sigue siendo en nuestros días un conflicto fratricida y sangriento.
Lo que comenzó como un cisma, por disputas hereditarias, ha desarrollado dos corrientes distintas de interpretación del Corán que se acusan mutuamente de herejes y mantienen sus propias tendencias radicales violentas. En Kerbala se celebra cada año la batalla en la que, según los chiíes, el imán Hussain se entregó a la muerte por el bien de su comunidad de creyentes. Las celebraciones de la Ashura tienen similitudes meramente externas con las celebraciones católicas de la Semana Santa. Los chiíes más fanáticos se autoflagelan con cadenas o látigos y se causan profundas heridas. La mayoría de los creyentes se limita a expresar su dolor por la muerte de Hussain golpeándose el pecho.
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