El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. | Efe
¿Un paso más que refleja la grave escalada de tensión entre Siria e Israel o una pieza más del puzzle en su guerra psicológica? Según el diario británico The Sunday Times, el régimen de Bashar Asad ha colocado sus avanzados sistemas de misiles tierra-tierra(Tishreen) apuntando a Tel Aviv y serían disparados si Israel lanza un nuevo ataque contra arsenal de armas en Siria como hizo a finales de abril.
Sin referirse a esta información, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha recordado hoy a Damasco que la línea roja israelí sigue intacta. Es decir, Israel evitará también en el futuro nuevos envíos de sofisticadas armas al grupo chii Hizbulá en el Líbano.
Según el corresponsal del diario, el israelí Uzi Mahnaimi, Siria ha situado su sistema de misiles más avanzado en estado de alerta con la orden de golpear a Tel Aviv si Israel ataca de nuevo su territorio. Se basa, dice, en la información obtenida por satélites de reconocimiento que estudian los movimientos del Ejército sirio. Tishreen es un misil sirio con capacidad de llevar una carga explosiva de media tonelada y una elevada precisión que haría mucho daño a la retaguardia israelí.
Sin desmentir ni confirmar los tres ataques de la Fuerza Aérea desde enero contra misiles sofisticados iraníes en las afueras de Damasco (supuestamente tenían como destino la milicia-partido libanés Hizbulá), Netanyahu, ha señalado hoy que su Gobierno actúa de forma responsable y determinada para garantizar el interés primordial del Estado de Israel, que es su seguridad, de acuerdo a la política que establecimos de evitar, siempre que sea posible, el envío de armas sofisticadas a Hizbulá y otros grupos terroristas.
Actuaremos para garantizar la seguridad de los israelíes también en el futuro, afirmó Netanyahu en otro mensaje a Asad de lo que quizás pasó y pasará.
El envío de mensajes secretos y públicos, muchos en tono amenazante y otros de calma, entre Jerusalén y Damasco, es constante en los últimos dos meses. A través de filtraciones de altos funcionarios a medios británicos o norteamericanos, Israel advierte a Asad que si lleva a cabo una represalia, la respuesta israelí pondría en peligro su propio régimen, ya de por sí muy desgastado en la sangrienta guerra que mantiene con los grupos rebeldes.
Bajo la protección y batuta de Irán, Siria avisa con responder de forma inmediata a un nuevo ataque israelí insinuando también que Hizbulá y grupos palestinos tienen luz verde para golpear a Israel en el Golán.
Los israelíes siguen preguntándose qué les interesa más: Siria bajo el enemigo conocido Asad (amigo de Irán y el proiraní Hizbulá) o Siria envuelta en la anarquía con destacada y preocupante presencia yihadista.
Analistas israelíes coinciden en que los dos escenarios son negativos para Israel dando a entender que quizá la actual situación es la menos mala. De ahí que Netanyahu no tenga interés en tomar partido por ninguna de las partes. Es preferible el diablo que conocemos a unos demonios llegados de todas partes del mundo árabe que tomarán el control de Damasco si Siria acaba en un caos, opinó un oficial de la Inteligencia israelí citado por el diario británico The Times. El portavoz del Ejército, Yoav Mordejai, ha desmentido esta cita definiéndola como no creíble.
Hace unos días, Netanyahu viajó, casi de urgencia, a Sochi para reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin. El objetivo era teóricamente evitar que Moscu ejecutará la transferencia de armas sofisticadas a Asad. Días después, Rusia anunció que no anularía los contratos ya firmados y por tanto entregaría los misiles antiaéreos S-300 al Ejército sirio.
Según informa este fin de semana la cadena pública de la televisión israelí, el mensaje de Israel a Rusia es claro: S-300 en Siria es una línea roja con todo lo que eso significa.
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