La bloguera cubana Yoani Sánchez y la sexóloga Mariela Castro chocaron en una pelea de mensajes de Twitter en la que la hija de Raúl Castro acabó abandonando furiosa el campo de batalla tras llamar a sus críticos “parásitos despreciables”.
La lluvia de fintas y estocadas por un par de horas del martes, la cual marcó el primer día de Mariela Castro en el mundo de las redes sociales digitales, fue retransmitida con regocijo por muchos de los casi 175,000 seguidores de Sánchez.
Este fue el tercer choque entre dos de las mujeres cubanas mejor conocidas: una bloguera de pluma aguda que ataca con regularidad al gobierno, y la famosa hija que defiende el gobierno de su padre y dirige el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX).
La hija ha defendido la causa de la comunidad cubana de lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT), aunque algunos gays disidentes se han quejado de que ella exige una lealtad absoluta al sistema comunista.
Castro apenas había enviado sus dos primeros mensajes de Twitter, más que nada dando las gracias a los partidarios del CENESEX, cuando Sánchez envió su propio mensaje de Twitter señalando el debut de Castro y preguntando cuándo podrían los cubanos “salir de los otros armarios”.
Minutos después, en un mensaje de Twitter que incluyó la cuenta de Castro, @CastroEspinM, Sánchez dio la bienvenida a la sexóloga a “la pluralidad de Twitter” donde “nadie me puede callar, negarme permiso para viajar ni impedir la entrada”.
El gobierno ha negado permiso repetidas veces a la bloguera a salir de la isla, por lo general para aceptar uno de los muchos premios internacionales que ha ganado por su muy leído blog Generación Y.
Castro recogió el guante minutos después, diciendo a Sánchez en un mensaje de Twitter que “tu enfoque de tolerancia reproduce los viejos mecanismos de poder”, sin dar explicaciones. “Para mejorar tus ‘servicios’ necesitas estudiar”.
Castro ha acusado a Sánchez en choques anteriores de ser parte de una “guerra cibernética” financiada por Estados Unidos y diseñada para derrocar al gobierno cubano.
La bloguera respondió: “Otra preguntica para @CastroEspinM: ¿Como se puede pedir la aceptación parcelada hacia un solo tema [derechos de los gays]? La tolerancia es total o no es”.
Castro decidió mostrarse magnánima en su siguiente mensaje, dando las gracias a sus seguidores y, sin nombrar a Sánchez, agregó: “Agradezco también a mediocres y aburridos por divulgar mis ‘tuits’”.
El disidente gay Ignacio Estrada, quien ha alegado que su esposa transexual fue despedida de su trabajo en el CENESEX a causa de su relación, terció en la pelea: “¿Qué podemos esperar de ti, Mariela, cuando tratas de seguir manipulando a los gays en Cuba?”
Y el autor del blog humorístico Guamá, Alen Lauzán, radicado en EEUU, agregó que, con la entrada de Castro en el mundo de Twitter, él y sus colaboradores trabajarían “horas extra aunque la CIA no pague”.
Al parecer Castro se hartó del intercambio de mensajes y en su siguiente texto de Twitter atacó a sus críticos: “Parásitos despreciables: ¿recibieron la orden de sus empleadores de responderme al unísono y con mismo guión predeterminado? Sean creativos”.
Sánchez afirmó luego a El Nuevo Herald que esperaba que sus “preguntas incisivas, sí, pero respetuosas” a Mariela Castro ayudaran “a curtir la piel contra la crítica” de la sexóloga y otras figuras públicas en Cuba.
“Es muy necesario que las figuras públicas en Cuba se acostumbren a estar bajo el fuego, al menos en la red”, dijo. “Una figura pública… tiene que saber cómo responder sin descomponerse”.
El primer choque de Sánchez con Castro fue a finales del 2008, cuando le hizo una pregunta al final de una presentación durante un encuentro sobre arte erótico.
Sánchez preguntó si la lucha por la aceptación de las preferencias sexuales “podrá en algún momento pasar a otros roles y se luchará también por la tolerancia a otros aspectos como pueden ser la opinión, como pueden ser las preferencias políticas e ideológicas”.
Castro respondió que la ideología y la política no eran parte de su trabajo, pero luego atacó a Sánchez en una entrada publicada en el website del CENESEX, acusándola de recibir fondos de EEUU y llamándola “gallita”.
En entradas posteriores en su blog, Sánchez escribió que si para ser “una delicada gallina” tenía que “aceptar que un grupo de septuagenarios -todos hombres- decidan cada aspecto de mi vida, entonces… hago quiquiriquí como el gallo con más hormonas del corral”
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