El optimismo del mercado es mala señal
El optimismo del mercado es mala señal
Por Brett Arends
Todo el mundo sabe que la última década de Wall Street fue mala para los inversionistas.
Resulta que fue todavía peor de lo que pensábamos.
Un destacable nuevo trabajo de TrimTabs Investment Research muestra que los inversionistas comunes perdieron sin necesidad miles de millones de dólares más de lo que hubiesen debido en la bolsa. ¿Por qué? Es la historia de siempre: invirtieron más dinero en sus fondos de inversión de acciones durante los booms…. y los vendieron durante los pánicos.
Entonces aunque Wall Street terminó la década básicamente equilibrada (cuando se incluyen los dividendos), los inversionistas medios perdieron mucho. TrimTabs calcula que las pérdidas llegaron a US$39.000 millones. De acuerdo con sus cálculos, los inversionistas de los fondos de inversión compraron cuando el índice Standard & Poor's 500 promediaba los 1.434 puntos. Eso está cerca del nivel récord de 1.565 puntos. Si los inversionistas hubiesen comprado en otros momentos aleatorios, su precio promedio de compra hubiese sido de 1.171 puntos.
"Les costó aproximadamente el 20% comprar alto y vender bajo", explicó Vincent Deluard, de TrimTabs.
Entonces aunque la bolsa está hoy cerca de su promedio de los últimos diez años, TrimTabs calcula que la mayoría de quienes invirtieron durante la década están sentados sobre enormes pérdidas.
¿Qué significan estas deprimentes noticias para usted, el inversor, ahora?
Extrañamente, significa casi exactamente lo opuesto de lo que Wall Street le va a decir que significa. La gente de Wall Street va a decir, como es habitual: "Mire, no puede predecir el mercado. ¡Exactamente como se lo dijimos! Así que dénos todo su dinero y simplemente vaya con la corriente".
Que estos consejos favorezcan los intereses económicos de Wall Street es, por supuesto, pura coincidencia. Sin embargo, los números de TrimTabs muestran, por el contrario, que en la última década en realidad fue muy fácil actuar en el mercado con sentido de la oportunidad. Todo lo que usted debía hacer era comprar cuando la gente estaba vendiendo y vender cuando la gente compraba.
Naturalmente, ir contra la multitud es más fácil de decir que de hacer. Por eso a los mejores inversionistas profesionales les gusta decir que invertir exitosamente es "simple pero no fácil".
Los seres humanos están programados para ir con la manada. Durante millones de años, cuando la manada protagonizaba una estampida, lo más inteligente no era quedarse por ahí y esperar para descubrir el motivo. Lo más inteligente era correr.
Y así es cómo actúan en la bolsa también. Pero cuando hablamos de invertir, es una mala idea. Sus sentimientos son una mala guía. Y no hay seguridad en los números.
A menudo me sorprende la forma en que la mucha gente todavía hace caso de sus instintos en estos asuntos. Durante el boom inmobiliario, todo lo que escribía cuestionando los precios de las casas automáticamente generaba reacciones severísimas. Hoy cualquier cosa que escriba que sea positiva respecto a comprar una casa genera una respuesta similar. (Confieso que de por sí esto me hace sentir optimista).
Cuando el mercado bursátil estaba en lo más profundo de su crisis y con precios muy bajos, a comienzos del año pasado, señalé que incluso las más sólidas de las acciones de primera línea se estaban vendiendo baratas. Mi casilla de correo electrónico se llenó de mensajes de gente que me decía que era un idiota, y que Kellogg (entonces a US$38, hoy a US$51) o Procter & Gamble (entonces a US$47, ahora a US$61) o Kraft Foods (que estaba a US$22 y hoy a US$31) estaban condenadas como todo lo demás.
Pero, como revela la investigación de TrimTabs, nuestros sentimientos son una guía terrible en estos asuntos. Incluso durante una década sin cambios, la gente podía ganar dinero simplemente yendo en contra de la manada. No necesitaban saber nada más. No necesitaban modelos cuantitativos, un doctorado en astrofísica del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), información confidencial o un acceso privilegiado a datos. ¿Todo ese dinero invertido en investigación sobre valores? Todo lo que necesitaba era mirar los más recientes números del Investment Company Institute, que mostraban si la gente estaba poniendo dinero en los fondos bursátiles o retirándolo. Y luego hacer lo contrario.
La semana pasada estuve en Londres, visitando a uno de los mejores inversionistas que haya conocido. Peter maneja dinero en representación de un pequeño número de clientes ricos.
Evita la publicidad (y pide que no mencione su nombre). Administra dinero desde hace 40 años. Hace diez años me dijo que vendiera acciones del Nasdaq y comprara oro.
Durante la cena, mientras reflexionaba durante su larga carrera, me dijo que a medida que pasaron los años ha aprendido que invertir bien es todavía más fácil de lo que solía pensar. Abandonó todo los trucos sofisticados que había intentado usar cuando era joven. Ahora se aferra al valor y va contra la corriente.
¿Qué le gusta ahora? Le gustan algunas acciones de primera línea, porque están razonablemente baratas y nadie más parece estar interesado en ellas. Evita los mercados emergentes que están de moda. Y ha estado construyendo lentamente una posición en Japón. ¿Por qué? "Porque todo el mundo lo odia", explica. "Hace veinte años que es un mercado bajista. Es barato. Y el típico administrador de fondos preferiría chupar un limón antes que invertir en Japón", sostiene.
La reacción de la mayoría de la gente probablemente sea encogerse de hombros y olvidarse del tema. Japón está tan terminado, después de todo. ¿Por qué querría usted invertir en Japón? Nadie quiere a Japón.
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