Y ZP tocando el violón en la cubierta del Titanic
Federico Quevedo
Y ZP tocando el violón en la cubierta del Titanic
BIOGRAFÍA
Federico Quevedo - 29/04/2010
El fruto de esa política lo estamos recogiendo estos días con hechos de una gravedad sin precedentes
El fruto de esa política lo estamos recogiendo estos días con hechos de una gravedad sin precedentes: nunca se había producido un acoso tan brutal al Poder Judicial, nunca -al menos desde los inicios de la Transición- se había vuelto a dividir al país -o a una parte- en dos bandos, y nunca había sido tan difícil buscar el consenso de los dos grandes partidos para reformar estatutos de autonomía como ha ocurrido con el de Castilla-La Mancha por culpa de la guerra del agua. El país dividido, enfrentado y las instituciones acosadas por una izquierda y un nacionalismo levantados en pie de guerra.
ZP se queda sin agenda
El panorama no puede ser más pavoroso, pero todavía tendría un pase si además a todo esto no hubiera que añadir una profunda crisis económica que el martes se presentaba en toda su crudeza con el peor dato de desempleo que podíamos imaginar: cuatro millones seiscientos mil parados, el 20,05% de una población activa que, además, sigue disminuyendo. Lejos de recortar nuestro déficit público -como había prometido el Gobierno- éste ha crecido hasta el 15% del PIB -y eso que ha subido algo la recaudación por IVA-, y los mercados financieros han perdido la poca confianza que tenían en la economía española, lo que ha provocado un encarecimiento de nuestra deuda a la que ayer mismo rebajaba su calificación Standard & Poor's provocando un nuevo desplome del Ibex. Y todavía veremos cómo el riesgo-país sigue aumentando en los próximos meses a medida que al Reino de España le resulte más difícil afrontar sus compromisos de pago y el déficit siga aumentando en lugar de recortarse porque el Gobierno es inútil, no puede hacer frente a la situación y el margen de maniobra es cada vez más estrecho: Rodríguez se ha quedado sin hueco en la agenda para poder adoptar reformas. Lo que no hizo cuando tenía que hacerlo, ya no puede hacerlo ahora.
Si el presidente ha optado por esconderse y no es capaz de afrontar ninguno de los problemas que tiene en esos momentos el país, ¿qué van a hacer los ministros, sino mirar para otro lado y esperar a que escampe?
(“El presupuesto debe equilibrarse, el Tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada, y la ayuda a otros países debe eliminarse para que Roma no vaya a la bancarrota. La gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costa del Estado”, esto ya lo decía Marco Tulio Cicerón en el año 55 antes de Cristo, un mensaje sencillo y claro, directo al corazón del problema, y ya ven que poco caso se le hace).
El Gobierno no está ni se le espera
¿Dónde está el Gobierno? Es la pregunta que se hacen miles de ciudadanos estos días en la calle. ¿Dónde está el Gobierno, más allá de aparecer en algún que otro acto subversivo de apoyo al juez Garzón? No hay Gobierno, los ministros ni están ni se les espera. Es como si viendo cómo la casa se cae a pedazos hubieran decidido poner pies en polvorosa. Si el presidente ha optado por esconderse, no es capaz de afrontar ninguno de los problemas que tiene en esos momentos el país, no ejerce su liderazgo -porque ya no lo tiene, entre otras cosas- y no puede ni siquiera mostrar la entereza y la firmeza necesarias para defender los fundamentos mismos del Estado de Derecho y mucho menos para adoptar decisiones necesarias aunque dolorosas para encarrilar la salida de la crisis, ¿qué van a hacer los ministros, sino mirar para otro lado y esperar a que escampe?
Hace tan solo unos meses, en septiembre del año pasado, Mariano Rajoy le ofreció en el Pleno del Congreso un pacto para reducir drásticamente el gasto público, pacto que Rodríguez rechazó. Después se sacó de la manga el Pacto de Zurbano como la gran apuesta para salir de la crisis, y ya saben ustedes en qué ha quedado. Lo cierto es que, como le advirtió el propio Rajoy tan lejos como la semana pasada, a Rodríguez ya no le queda tiempo ni para rectificar ni para hacer lo que hay que hacer, de tal modo que a día de hoy se ha convertido en el único responsable de lo que le pueda pasar a este país. Y lo que le pasa a este país -la acertada comparación se la tomo prestada a mi amigo Alfonso Nasarre- es que, como en la película Titanic, el barco ha chocado ya con un iceberg y se hunde irremediablemente, pero al igual que la orquesta del Titanic seguía tocando en la cubierta como si nada ocurriera, Rodríguez ha empuñado el violón con la misma cansina y repetida melodía: “Ya estamos saliendo de la crisis”. Qué falso.
Zapatero en su País de las Maravillas
No puede haber nada peor que un loco al frente de una nave como esta, circulando en dirección contraria al resto del mundo, dispuesto a provocar un accidente de consecuencias catastróficas antes de reconocerse incapaz y dejar el mando en otras manos
En Europa no se entiende lo que está pasando en España. “Es incomprensible que un país como España se esté alejando de la Unión del modo en que lo está haciendo”, le decía hace unos días el embajador de uno de los países grandes a un buen amigo mío. “No es solo la crisis económica, que la estamos sufriendo todos, es la manera en que estáis cuestionando elementos esenciales de una democracia, como la separación de poderes y la independencia del Poder Judicial”, añadía. La imagen que ofrecemos cara afuera, el escaparate, es un conjunto en el que se observa tanto la incapacidad del Gobierno para hacer frente a una crisis que no parece haber tocado fondo como la permisividad de ese mismo Gobierno ante la campaña de acoso institucional, cuando no la impresión de que es el propio Gobierno el que alienta esas campañas y el que parece resignado frente a la crisis. La conclusión del embajador no puede ser más demoledora: “La confianza en un país se fundamenta en la estructura garantista de su Estado de Derecho, y da la sensación de que España está destruyendo esa estructura garantista condenando a sus ciudadanos, empresas e instituciones a una inseguridad jurídica propia de regímenes poco fiables, y así España no puede caminar al mismo paso que el resto de Europa, y lo que le está pidiendo Europa es que cambie el paso, y si no lo cambia en el futuro no muy lejano lo que le puede pedir es que abandone el club”. Más claro, agua.
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2 comentarios
Roubini -
http://www.globes.co.il/serveen/globes/docview.asp?did=1000555811
FARO DE VIGO -
http://www.farodevigo.es/opinion/2010/04/29/orquesta-espanola-titanic/433930.html