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MATEO MATHAUS: THE WORLD NOW

¿Y si a Rajoy le sale bien?...

Desde hace algunas semanas, cuando una habla en voz baja y casi clandestinamente con los ministro del Gobierno, más de uno admite que hay señales que indican que hay algunos destellos luminosos que reflejan que podemos estar ante las primeras luces que nos enseñan el camino del final del tunel de la crisis económica.

 

 

Decirlo en voz alta casi se ha convertido en una temeridad, cuando hay tanta gente en paro y los españoles lo están pasando tan mal en un ambiente de un profundo pesimismo que se ha instalado como una losa que sepulta cualquier atisbo de optimismo en la sociedad.

 

Pero yo quiero creer que es verdad, que son pequeñas dentelladas que la mayoría no vemos, pero que le han llevado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a repetir una y otra vez en los últimos días que 2013 será mejor y que en 2014 España empezará a crecer.

 

La primera señal perceptible para todos, aunque el dolor de la crisis nos ciega para ver la realidad tal como es, es que este año no habrá rescate. España ya paga su deuda a un tipo de interés razonable y eso no es más que los mercados empiezan a creer que somos un país fiable que vamos a devolver lo que pedimos. Ya no somos aquel país de las ocurrencias zapateristas, de los planes E, de los cheques bebés y de las promesas de déficit incumplidas. Hemos hecho reformas, nos hemos apretado el cinturón para gastar menos y nos hemos comprometido a reducir nuestro déficit. Parece que eso empieza a convencer a Europa y nuestra prima de riesgo ya lleva muchos meses relajada, desde aquel fatídico mes de julio en el que España estaba prácticamente intervenida.

 

El trabajo de campo de Rajoy parece que empieza a dar sus frutos. No es fácil llegar a este punto en estas condiciones, como así se lo dijo el presidente a Rubalcaba en el Congreso el pasado miércoles: “No sabe lo que hemos sufrido por los problemas de credibilidad de España”, después de prometer Zapatero que el déficit en 2011 sería del 6% y descubrir Rajoy que se disparaba a más del nueve. Este compromiso incumplido de Zapatero nos ha hecho mucho daño y ha sido necesario hablar mucho y hacer más para convencer a Europa de que no volveremos a ser un país sin palabra.

 

Si continuamos por este camino y a Rajoy le sale bien todo lo que está haciendo, o casi, y las dentelladas al final del túnel se convierten en focos luminosos que indican la salida de la crisis, ¿qué dirán los profetas del desastre que rechazan las medidas de austeridad porque todavía no han despilfarrado lo suficiente y salen a la calle con la pancarta después de haber llevado al país a la quiebra? (Paloma Cerdilla)..

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